La Basílica de San Vicente en Ávila
La basílica de San Vicente de Ávila tiene dimensiones casi catedralicias y es uno de los edificios de mayor valor del arte medieval en España.
Sólo su visita detallada puede llevar varias horas y justifica plenamente nuestro viaje a la maravillosa y a veces olvidada ciudad de Ávila.
Su construcción se debió iniciar a finales del siglo XI o comienzos del XII siguiendo las pautas del románico pleno leonés.
A esta primera fase pertenece la cabecera triabsidal y los brazos del crucero, y probablemente parte de la estructura exterior e interior. Tras un parón se volvió a las obras a mediados del XII. De estas décadas data la gran fachada occidental con su hermosísima puerta de grandes arquivoltas decoradas sobre columnas que llevan adosadas figuras de Apóstoles de cuerpo entero
Otras dos buenas puertas se encuentran en los muros meridional y septentrional. En la del sur hay incorporadas cuatro tallas de diferentes etapas de la construcción, siendo la delicada escena de la Anunciación uno de los símbolos de la basílica y de toda la ciudad de Ávila.
El interior de San Vicente es magnífico, donde el viajero se ve envuelto por un exquisito ambiente medieval.
Las tres naves se separan por pilares cruciformes con semicolumnas embebidas.
Por encima una tribuna tardía aporta belleza gracias a sus vanos bíforos.
En el plano escultórico hay que fijarse en la colección de canecillos de gran fantasía, pero sobre todo en el magnífico cenotafio de los mártires, una de las cumbres de la escultura románica española de finales del siglo XII.
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